sábado, 22 de agosto de 2009

Día 1 (continuación). Luxor.

Ya aterrizamos, y sentimos lo que todos los viajeros que se bajan del avión y tienen que ir en “jardinera” (nunca entenderé por qué los autobuses de las terminales se llaman así, no tienen ni una flor!!) Pues eso, que lo primero que sentimos es un calor sofocante que te inunda de inmediato, es de noche cerrada, hemos llegado sobre las 20:30, pero han pasado unos minutos hasta que salimos por la puerta.

Cuando por fin nos montamos en la jardinera, y en el camino a la terminal veo el nombre del edificio, bonito por cierto, “Luxor International Airport”, bufffff tengo que confesar que me emocioné, pero como en cuanto llegas tienes que ir a toda leche, sobre todo tienes que abrir todos los sentidos, todo pasa muy rápido, pues enseguida te pones las pilas.

Una vez llegados a la terminal, al principio hay un poco de lío, llegamos varios aviones, y somos un motón de turistas como locos buscando al representante de su agencia, aunque realmente son ellos los que te encuentran a ti.

Primero pasas por un escaner térmico, como si te grabaran en vídeo, pero te miden la temperatura. Antes haciendo cola te han dado un documento que tienes que rellenar y decir si tienes algún síntoma de los que te enumeran, por aquello de la gripe A, y esas cosas. Ah bueno, vemos a todos los trabajadores con mascarillas.

Luego te vas al mostrador de tu agencia, te dan el visado, ya se lo pagarás, no te preocupes, jejeje luego veréis que no tardas mucho en hacer cuentas. Te indican como rellenarlo, y pasas por el control de aduanas, después entregas el documento de lo de la gripe, y tienes que pasar por una puerta pequeña donde hay un poli en nuestro caso el hombre era más ancho que alto, y me ve con el boli en la mano, me dice el tío en casi perfecto español “¿Boli para mi?” estoy a punto de dárselo, cuando viene un jefazo y él lo rechaza, primer flipe….

Vamos a por las maletas, y encontramos a un egipcio que nos pregunta si somos españoles, yo empiezo a olerme la tostá, le digo a Juan, estate atento a las maletas, y no le hacemos ni caso, cuando cogemos las maletas nos pide la “propin”, segunda flipada….

Seguimos las indicaciones del representante de nuestra agencia, nos esperamos en el grupo de nuestro barco, ya empezamos a conocer caras del avión, y empezamos a dar botes de la ilusión de que estamos en Luxor. Vamos al autobús, nos dicen que las maletas las pongamos en el maletero de abajo, y hay unos mozos, que casi antes de coger la maleta para meterla en el autobús ya te están pidiendo la “drisha” o algo parecido, vamos la propina, otra vez, ya van tres veces que nos piden, y casi no llevamos ni 10 minutos en el país!!!

Bueno nos montamos en el autobús, peaso de asientos de cuero, super anchos, nos reciben con una flor a cada mujer, y un bombón para cada uno, y después de lo bueno, jeje las cuentas, los visados, hay que pagarlos allí mismo. En cualquier caso nos parecen baratos, 27 euros cuando te esperas 34, no está nada mal. Ya, ya sé que el visado realmente vale 15, pero eso si te lo compras por tu cuenta, y para eso no tienes a tu agencia, pero bueno aquí podría haber diversidad de opiniones.

El caso es que en este autobús ya estamos el grupo que vamos a ir juntos más o menos todo el camino. Y el guía, Mohamed (que difícil ¿no?) es el que nos va a acompañar todo el camino, incluso hasta El Cairo ¡que bien!, habrá que ir conociéndole bien, que vamos a pasar muchos días juntos.

Llegamos al barco, se sortean las habitaciones, ponemos en el equipaje el número de habitación, y después ¡a cenar!. Mañana hay que levantarse muuuuuy temprano, que tenemos un día completito, nos levantamos a las 4:45, a las 5:00 desayuno, y a las 5:45 en recepción que tenemos que estar en el templo de Luxor a las 06:00.

Después de tantas emociones, la cena hubiera sobrado, pero como desde que sales del avión ya estás a lo que y donde te lleven, pues venga ahora ¡a dormir!

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