sábado, 22 de agosto de 2009

Día 11. El Cairo y final del viaje.

Nos levantamos esta vez con más tranquilidad, desayunamos a las 08:00, cambiamos dinero a libras, para las últimas compras, y a la calle, a disfrutar de El Cairo.

Nos vamos en un taxi a la mezquita de Ibn Tulun, concertamos el taxi desde el mismo hotel, la verdad es que es el mejor que hemos cogido en toda la ciudad, coche nuevo con aire acondicionado, el taxista con corbata, en fin de categoría, como el hotel. Nos lleva a la mezquita, nos ponemos toda la parafernalia, Juan solo las babuchas para tapar los zapatos, pero yo además tengo que ponerme una blusa de manga larga que ya traía preparada, menos mal que es muy finita de algodón, de esas que son como una chilaba pero en blusa, y venga a pasar calor, que llevo dos capas.

La característica principal de esta mezquita es la forma de construirla que es diferente a las demás, además de su minarete con escaleras de caracol. Hay un friso de madera de sicomoro que se dice perteneció al arca de Noé, pero esto no sé si está demostrado.

Vamos andando hasta la plaza donde están dos de las joyas islámicas de El Cairo, la Mezquita-Madrasa del Sultán Hassan, y la Mezquita de Ar-Rifei, la de Hassan es enorme, además de ser una de las escuelas del Islam más importantes históricamente, pero la de Ar-Rifei es preciosa, que detalles, es superbonita, y visitas las tumbas reales, donde está enterrado el último Sha de Irán.

Ni que decir tiene que la entrada a cada mezquita tiene el ritual característico de vestirte la blusa y quitarte los zapatos, que en las dos últimas no admitieron las babuchas, excepto en la última que ahora explicaré.

Nos vamos de allí y cogemos un taxi de los cutres, de los negros y blancos, para llevarnos a la zona del Kalili, puesto que es colindante con la mezquita de Al-Azhar, la más importante del Egipto islámico, por grande y por importancia religiosa, está en activo, muy en activo, y el representante religioso de todo Egipto, como nuestro Papa pero de Egipto, tiene el título de Sheik de Al-Azhar.

Bueno pues nuestra primera experiencia en los taxis cutrecillos, al final salió bien, pero nos dio un pelín de miedo, lo que pasó es que prefirió dar vueltas antes que estar parado por el tráfico, y una de las vueltas la dio por la ciudad de los muertos, el cementerio de El Cairo okupado por gente sin hogar, y que según parece es la zona más peligrosa de la ciudad. Pero no pasó nada, eso sí dio más vueltas que pa qué, yo pensaba, por 15 libras no hace este trayecto, nos va a pedir más, ya verás. Pues no, habíamos quedado en 15 libras, y sin ningún problema. Si algo hemos comprobado es que los cairotas son gente de palabra, y creo que los egipcios en general.

Bueno pues la anécdota del día, es cuando vamos a entrar a la mezquita, y nada más verme me dicen a mi que no, que por esa puerta no, ya me había descalzado, pero tienen otra puerta para las mujeres, allí solo hombres. Bueeeeeeeno, pues vale, me calzo, me voy a la otra puerta que estaba en la otra punta, y cuando voy a entrar me dice el tío de la puerta que le de los zapatos, yo le digo que no que tengo una mochila para los zapatos, (por cierto fue un buen consejo que vi en el foro de losviajeros.com si te llevas una mochila o algún tipo de bolsa que tu lleves encima para guardar tus zapatos, luego no tienes que pagar propina por algo que encima te obligan a hacer, que es dejar tus zapatos en la puerta) pues eso que me quito mis zapatos y los meto en mi bolsa, ahora resulta que tenía que cubrirme la cabeza, menos mal que llevaba el turbante en la bolsa, no me lo iba a llevar porque por la ciudad no me lo he puesto, pero pensé que no hacía bulto y que quizá lo utilizaba en alguna tienda con demasiado aire acondicionado, que se pasan un montón con el aire en todos los sitios. Total que me pongo el turbante como un velo en la cabeza, y cuando paso todavía me quería pedir propina, no le hice ni caso, encima de que hago yo todo el trabajo y él solo me daba negativas no le pensaba dar un duro.

Bueno pues lo flipante es que las mujeres tienen una sala para rezar, y luego solo pueden acceder a una pequeña parte de la sala donde está la tumba del Amir Gawhar Qunqubay, tesorero del sultán Barsbay, debió ser alguien muy importante en el mundo islámico, había mujeres que le rezaban llorando. Y eso es todo, eso es lo que pude ver.

Juan entró por la parte de los hombres, dice que le miraban mucho, y que hasta le dio reparo hacer fotos, que acabó sentándose un ratito como ellos para que dejaran de fulminarle con la mirada, pero salió en seguida, de hecho nos encontramos en “su puerta”, para que le diera sus zapatos, que me los había quedado yo en la mochila.

De ahí nos fuimos a tomar un karkadé bien fresquito, que sienta de cine, y a comprar en la marabunta del Kalili. Al final tengo que confesar que lo que menos he hecho este viaje ha sido comprar, a pesar de mi fama de compradora compulsiva, pero es que la verdad, cansa mucho aguantar tanto acoso de los vendedores, tanto regatear, y además tienen todo expuesto, yo creo que casi no tienen almacén, con lo que ves tanto que no ves nada. Además de que lo que hemos visto era claramente de baja calidad, estatuas más falsas que Judas, incluso a un vendedor se le rompió una supuesta estatua de basalto, jejeje peaso pieza de escayola señores, que casi no he comprado casi nada de la lista que tenía preparada.

Nos fuimos desde el mercado al famoso restaurante El Felfela, en otro cutre-taxi, esta vez “protegidos” por la poli hasta la plaza de la ópera, jejeje cuando estábamos negociando el precio, la policía turística le estaba echando la bronca al taxista por lo que luego vimos, que estaba en medio, nos imaginamos que no era un taxi muy legal cuando vimos que el coche era igual de cutre, pero era blanco, es decir no cuadraba con los blancos nuevos con taxímetro, y además se monta un tío delante, nos extrañamos, pero el taxista medio chapurreó que era policía, aunque debía ser de la secreta, porque no llevaba ningún distintivo. De todos modos a esas alturas no nos extrañó, en El Cairo es donde más policía armada hemos visto, con o sin distintivos.

Comemos allí, un sitio muy bonito, un remanso de paz entre tanta locura, además hay pasta, y comida egipcia, o sea que quien prefiera otro tipo de comidas, también puede. Comimos con cerveza y postre, y calculamos al cambio unos 26 euros los dos, no está nada mal, teniendo en cuenta que comimos muy bien, y en pleno centro del Cairo.

Nos fuimos para el hotel andando, y con el calor, el solazo que pegaba, las compras cargados, al final yo creo que no pillamos una insolación porque inmediatamente nos dimos una ducha bien fresquita, y recuperamos nuestro color habitual en vez del morado sudoroso que traíamos.

Bueno pues a descansar un poco, que aún nos quedaban las últimas compras en el centro comercial de al lado del hotel, después algo de picar en la planta ejecutiva, y a hacer las maletas, que mañana toca súper madrugón para coger el avión.

Por desgracia esta maravillosa aventura toca a su fin, y ya solo nos queda despedirnos de los amigos, pasar todo el proceso de facturar y meterte en el avión, jaleo de maletas, etc y vuelta a casa

Ya desde casa escribo esta última entrada, bueno creo que penúltima, quiero hacer otra con detalles y experiencias que se nos han podido escapar, y completaremos las ya publicadas con fotos poco a poco, para ilustrarlas, que el viaje lo merece.

En fin, estoy segura de que volveremos, o al menos lo intentaremos, y ya tengo claro lo que haríamos, porque sé lo que nos ha quedado por ver, o lo que no hemos podido estar el tiempo suficiente para disfrutarlo, así que ahora solo queda encontrar el momento idóneo.

Día 10. El Cairo


Hoy vamos primero a La Ciudadela, a visitar la Mezquita de Mohamed Ali, la de Alabastro, que vimos iluminada la otra noche. Es muy bonita, aunque no tiene demasiado que ver como todas las mezquitas (lo explico luego), es enorme.



En la entrada, nos tenemos que poner las babuchas que nos da la agencia, para no tener que quitarse los zapatos, y las mujeres tenemos que cubrirnos los hombros y brazos, a una compañera que su pantalón no llega hasta la rodilla, la hacen ponerse una especie de poncho cerrado por delante, todo verde, y que la tapa desde el cuello hasta los pies, solo deja libre por unas ranuras los bracitos hasta el codo, para que os hagáis una idea, el único movimiento que podía hacer era como los pingüinos, andar a pasitos con los bracitos pegados al cuerpo, la verdad es que en la siguiente entrada veréis que se pasan un montón con lo de las mezquitas, pero en fin hay ciertos viajes en los que tienes que ir con la mente abierta, dosis de paciencia, y sobre todo mucho respeto a sus costumbres, y este es el caso de las mezquitas.

Pues iba por la entrada, el patio donde está la fuente de agua para las abluciones, la purificación (lavarse) que hacen los musulmanes antes de rezar, y luego entras a la sala donde rezan, que tiene el sagrario enfocado a la meca, y junto a él, el púlpito donde el Iman lanza sus consignas.

Explico esto porque todas las mezquitas tienen la misma estructura más o menos, aunque algunas añaden tumbas de gente de importancia en la historia del Islam. Cuando he comentado que no tienen mucho que ver, me refería a que solo hay eso, es decir, no hay más capillas, ni más salas, ni nada, es todo bastante diáfano.


Bueno pues después vamos al barrio copto, otro lugar con bastante importancia para los cristianos. Visitamos la Iglesia de San Sergio, del siglo IV, una pasada, se nota el olor añejo, mezclado con incienso con alguna esencia, parece sándalo, aquí podemos admirar desde lejos, porque no se puede entrar, solo ves desde arriba lo poco que te llega la vista, una zona en la que se cree que la Sagrada Familia se refugió de su huída de Herodes por Egipto, lo que hace que los católicos sintamos algo muy especial, además de que ver las imágenes colgadas de la pared, tan antiguas, tan bonitas, no sé la verdad es que tuvimos sensación de tranquilidad, efectivamente de refugio.

Luego visitamos la sinagoga de Ben Ezra, donde se supone que se encontró la cesta de Moisés, aunque nuestro guía nos explica algo en lo que creo que lleva razón, puesto que en esa época El Cairo no existía, se creó en el siglo 10 como ciudad, por tanto no había ningún faraón instalado allí, ni nada por el estilo. No deja de ser curioso que al entrar en la sinagoga percibas un estilo de decoración muy árabe. En cualquier caso es muy bonita, y hay que ver la representación de las tres religiones para tomarle el pulso religioso a la ciudad.

Luego vamos al Kalili, el mercado, esta vez de día. Nos damos una vuelta por las principales calles, y por algunas que no lo son tanto, para situarnos, y ver que hay, porque el día siguiente lo tenemos libre y lo dedicaremos a unas cuantas mezquitas importantes de la ciudad y a las últimas compras. A la media hora estamos tomándonos un té con menta con el guía y poco a poco nos vamos reuniendo todo el grupo.

La verdad es que debo confesar que con las compras que hemos hecho hasta ahora, creo que elementos de bastante buena calidad, veo lo que ofrecen en el mercado, y me parecen baratijas el 90 % de la mercancía.

Luego nos vamos al museo, vemos toda la planta de todo lo que se encontró en la tumba de Tutankhamon, las joyas, las salas de las momias, y unas cuantas estatuas importantes que nuestro guía nos indica dónde están, la primera mitad de la visita tenemos a nuestro guía y sus explicaciones, y la verdad es que es genial, en cuanto se nos va notamos su falta, hay tantas cosas que ver en el museo y tanto que nos expliquen. Nos vamos a la carrera porque no tenemos tiempo de más, comemos en un barco en el Nilo todos juntos, está incluido en la visita.

Y luego nos tenemos que despedir, ya que hay quienes se van mañana, y quienes no como nosotros, y a nuestro guía no le veremos más, al menos en este viaje. Me da mucha pena despedirme de él, la verdad es que tengo la sensación de que para mí está siendo un maestro, es que realmente lo es, pero como nos ha enseñado tantas cosas, y se ve que vive su trabajo, le encanta, lo disfruta, eso se nota, pues me da mucha pena, pero no hay más remedio.

Descansamos un poco en el hotel, y quedamos con el minigrupito que hemos hecho amistad, para dar una vuelta y buscar las librerías para tratar de encontrar los libros de cocina que una compañera y yo queremos buscar, además los otros chicos tenían que hacer las últimas compras. Ahí es donde vemos el día a día de los ciudadanos de El Cairo. La verdad es que con nuestros ojos occidentales, ver la basura en las calles, las aceras destrozadas en algunas partes, los ojos de los hombres como nos comían a las mujeres con la vista, y eso que no íbamos exageradas, el caos del tráfico, donde no hay reglas, tienes que cruzar por cualquier sitio, la verdad es que todo eso hace que no apetezca “pasear” por la ciudad, aunque me da mucha pena tener que escribir esto, porque es un gran país, y podrían cambiar, pero me temo que el gobierno no hace mucho por mejorar la vida del ciudadano de a pie.

Pasamos tres horas andando y al final no encontramos lo que buscamos, al menos los libros, porque los que buscaban souvenirs finalmente sí que los encontraron. Casi los únicos turistas que había en la calle éramos nosotros, yo creo que en general la gente no se atreve a salir a la calle, y aunque puede parecer lógico, la verdad es que no te sientes inseguro, de hecho no es un país en el que haya robos o tirones por la calle, en general al turismo lo cuidan mucho, no se te pierde nada, no te roban nada, ni por la calle, es un país seguro, o al menos eso hemos sentido nosotros.

Mañana nuestro último día en El Cairo, visitando mezquitas, haciendo las últimas compras y terminando de disfrutar del hotelazo que tenemos.

Día 9. Saqqara – Menfis – Giza






Bueno, bueno, bueno. Este viaje realmente está siendo un descubrimiento. Hoy tenemos la visita a las pirámides, pero nuestro guía que es muy sabio, decide hacer antes la excursión de Menfis y Saqqara, puesto que cronológicamente es antes, y explica muchas cosas.


Tengo que decir que la excursión a Menfis y Saqqara no estaba en nuestros planes, porque realmente había leído y me habían dicho que no valía mucho la pena, que se veían cuatro piedras, y con esas experiencias de otras personas, pues piensas que es mejor aprovechar el tiempo en El Cairo. Afortunadamente Mohamed nos convenció de lo contrario, me dijo literalmente “tienes que ver la obra de Imhotep, no te lo puedes perder”, y como me lo dijo con ese convencimiento suyo, y nos fiamos de él, pues nos apuntamos. Como sabía que lo iba a disfrutar como una cosaca.


La verdad es que me quedé maravillada con la tumba de Ptah Hotep, cualquier palabra que se me ocurra no puede alcanzar ni la mínima parte de lo que ese lugar te puede hacer sentir, es un libro de historia de aquella época, del año 2.400 ac, es decir son pinturas y altorrelieves que tienen más de 4.400 años, y nos cuentan la vida del día a día de los egipcios de aquel tiempo, pero con un detalle impresionante, yo creo que salvando las distancias, claro está, una persona de aquel entonces casi podría vivir hoy en día entre nosotros.


Bueno ver in situ la mal llamada pirámide escalonada, es decir la bien llamada Mastaba Escalonada del faraón Zoser, construida por el grandísimo arquitecto y médico Imhotep, pues que queréis que os diga, que me vuelvo a quedar sin palabras.


Vamos a ver la estatua de Ramsés, adivinad qué número, jejeje, efectivamente, Ramsés II, este faraón construyó tanto que es imposible no encontrarse con obras encargadas por él en casi cualquier rincón de Egipto. Bueno hemos visto muchas estatuas de Ramsés, pero como esta ninguna, qué detalle, qué finura, es como si le tuvieras en frente, solo falta ponerle color, y parece que con un soplo va a poder echar a andar.


La primera parte de la visita está acabada, pero pasamos por una escuela de kilims y alfombras, bajo petición expresa de una familia de las del grupo, que buscaban una alfombra de seda. Bueno pues al final, resulta que ellos no compran y algunos de los demás, entre los que nosotros estamos incluidos, pues sí que compramos. Ya tenemos tapiz para la pared que nos queda vacía en el salón. Primero, eso sí, nos muestran cómo se tejen las alfombras, los kilims y los tapices, la verdad es que es bonito de ver.


Luego vamos a la fábrica y tienda de papiros, vemos el proceso de hacer los papiros, y nos enseñan cómo distinguir los verdaderos de los falsos, aunque ya lo sabíamos, pero bueno evidentemente es parte de la explicación. Yo ya iba con una idea clara de lo que quería, un papiro en el que saliera al menos la diosa Isis, para mí un auténtico descubrimiento en este viaje, me siento especialmente identificada con ella, además de que lo que sentí en su templo de Philae no puede compararse con nada.


Finalmente después de buscar y rebuscar con la ayuda del chico que nos ha explicado el proceso del papiro, acabamos comprando un papiro para nuestra habitación que tiene a Isis, y también a la reina-diosa Nefertari, es decir, el mejor papiro que nos podíamos comprar, y además como hay oferta 3 x 2, también compramos otros dos más pequeños con nuestro horóscopo y nuestro nombre en jeroglífico, muy chulos.


Bueno, corremos para llegar a las taquillas de las pirámides, porque varios de nosotros hemos pedido intentar ver por dentro la pirámide de Keops, y para ésta solo hay 150 entradas a las 07:30 de la mañana, y otras 150 a las 13:00, y finalmente conseguimos nuestras entradas, así que lo primerito que hacemos es ir al interior de la pirámide, bufffffff qué calor, que humedad, que pasillos no aptos para claustrofóbicos, pero que pasada de obra monumental. A parte de que casi se asfixia uno dentro, pero hemos llegado a estar casi en el centro geométrico de la pirámide, y eso os puedo asegurar que es muy especial. Esta visita a las pirámides está terminando de recargar todas nuestras pilas de energía,

Luego hemos visitado la de Kefrén, que era un poco menos de pasillo, solo que con una novedad, empezamos bajando para acabar subiendo, en la de Keops hemos subido todo el rato hasta llegar a la cámara mortuoria. Hay veces en las que tienes que subir o bajar, lo que toque en cada momento, completamente agachado, pero bueno todo tiene su encanto.


Luego hemos tenido una vista desde el autobús de la de Micerinos, y vamos al mirador donde puedes hacer las fotos de las tres juntas. Hay una nube de turistas haciéndose la típica foto de que están cogiendo una de ellas por el pico, pero como no nos hace gracia esa, nos hacemos una cada uno con el fondo maravilloso de las tres, y pedimos a los compis de grupo que nos hagan alguna juntos, y una de ellas es dándonos un beso, así es más original y más romántico.






Nos queda la esfinge, tenemos que sortear la nube de vendedores ambulantes, que se llegan a poner pesados, y después de todo podemos hacer nuestras fotos, filmar, y disfrutar un poquito de ella.


Nos vamos para el autobús, al final el plan que habíamos hecho de comer todos juntos por aquella zona, como no es unánime y no estraba dentro de los planes de la agencia, no puede hacerse, si todo el mundo hubiera dicho que sí, nuestro guía nos hubiera llevado a un sitio que me imagino cuál es y que lo probaremos el jueves, nosotros solos, yo no me quedo sin probarlo.





De vuelta al hotel sin comer, y con el tráfico al final se nos hacen las 16:30. Nos refrescamos un poco y decidimos conocer el centro comercial que está al lado del hotel, y ver si podemos comer algo por allí. Comemos en un fast food, que tampoco viene mal dejar las especias por una vez en todo el viaje, nos damos una vuelta por todo el centro comercial, y volvemos al hotel a tomar el postre en la planta ejecutiva, donde nos encontramos con nuestro minigrupo.


Esta tarde Juan está descansando un poco, mientras yo estoy inflándome a escribir que tenía mucho atrasado. Así que nos quedamos por aquí disfrutando del hotel, y ahora bajaremos a cenar algo de picoteo.


Mañana nos toca la excursión de todo el día con comida incluida, para ver el museo del Cairo, el barrio copto, la Ciudadela, Khan el Kalili, en fin, un buen día mañana.

Días 6, 7 y 8. Abu Simbel – Amada – Wadi El Seboua – Aswan

Bueno a partir de aquí empezamos a tener días más tranquilos, más típicos de crucero, con una visita cada día de unas dos horas, y todo lo demás disfrutar de la vida en el barco.

Hemos tenido sorpresas en las habitaciones, tiempo para tomar el sol, para disfrutar de la terraza del barco, con el té a media tarde, comidas muy buenas, cóctel del capitán y cena de gala, bueno lo dicho todo lo que suele tener un crucero.

El primer día tuvimos a las 07:30 parada de media hora frente a los templos de Abu Simbel, para hacer las últimas fotos y filmaciones, y tratar de retener en nuestras memorias de la manera más imborrable posible la imagen de uno de los templos más impresionantes de los que hemos visto hasta ahora, y otro de los que más encanto han mostrado, el primero el de Ramsés II, toda una demostración de fuerza y poderío, y el segundo el de Nefertari, con mucha feminidad y delicadeza.

Desayunamos en la terraza del barco a todo lujo, viendo cómo nos alejamos de los templos, estamos subiendo lago arriba, hace un calor abrasador, se nota que estamos en el desierto, por mucho que estemos en medio de tal extensión de agua, el viento abrasa. Mañana de piscinita, esperando la parada en Kasr Ibrim, unas ruinas que si no te explican nada, no es que tengan mucho encanto, pero si sabemos lo que ha ocurrido en el antiguo fuerte, transformado en iglesia más tarde, y fruto de una de las mezclas más sorprendentes que hemos visto en tierras nubias, gente negra con ojos azules, pues ya no parecen cuatro piedras.


A las 17:00 visita al templo de Amada. Nuestro guía, que el tío sabe muy bien lo que hace, nos decía que después de Abu Simbel no veríamos ninguna maravilla, casi nada de grabados ni de pinturas, pero resulta que hemos descubierto que era una mentira piadosa, para que no dejemos de sorprendernos con lo que nos esperaba, tanto este día como el resto en el lago Nasser.

Todo lo que vino en adelante ha sido muy especial, con las explicaciones extensas que nos ha dado, con pinturas maravillosamente conservadas, con grabados de distintas épocas, una maravilla. No sé si en este viaje he venido muy predispuesta a que me guste todo, o es que realmente es todo increíble. Personalmente me inclino a lo segundo, porque Juan también está flipando en colores, y él no terminaba de saber muy bien el viaje que nos esperaba, yo lo tenía bastante claro, y además he descubierto que conozco más la antigua civilización egipcia de lo que creía, aunque también he descubierto que me queda muuuuuucho por saber.

Bueno pues desde que estamos en el barco del Nasser, todas las excursiones las hacemos en lancha, y esta primera tiene un meneíto que pa qué, no veas cómo está el lago, tiene corrientes y todo, como es tan grande casi se puede decir que se comporta como un mar.







El templo espectacular, como todos los otros que vamos visitando, cada uno tiene algo, pero sobre todo me sorprenden mucho la conservación de las pinturas, hemos podido ver por fin el color de las barcas solares, ¡¡eran de dos colores!!, no me lo podía imaginar. Los vestidos de Isis al estilo nubio, cuando más elegante debe ser alguien, más colores lleva, y de verdad que estaba guapa y elegante.



Todo lo anterior es aplicable al templo de Derr, a la tumba de Pnut, sumo sacerdote, del que se conservan bastante bien los grabados, aunque un calor que te mueres dentro, y solo por eso se entra y se sale sin poder aguantar ni 5 minutos en ella, a Wadi El Seboua, al templo de Dekka, a Moharraka, a Kalabsha, con su maravilloso kiosko de Kertassi, y otras piedras con grabados increíbles, son prehistóricos, en Egipto había jirafas, elefantes, de todo, que pasada.






Casi prefiero no contar demasiado, para no desvelar tanto misterio, tanta maravilla. No me podía imaginar que me estaría sorprendiendo a cada instante, que cada templo por pequeño que fuera me hiciera abrir los ojos más y más, desde luego esto por más que yo quiera contarlo, hay que vivirlo, no tiene más explicación que ésta, hay que sentirlo, hay que estar aquí, y maravillarte con la escritura, la pintura, la arquitectura, los monumentos, la cultura, el arte, buffff todo lo que escriba se queda corto, seguro.

El día que llegamos a Aswan y terminamos la visita a Kalabsha, nos vamos al aeropuerto, y vamos hacia El Cairo. El día anterior tuvimos una charla muy interesante con Mohamed, pero como hemos estado hablando ya de todos los días que estaremos en Cairo, y ya hemos planteado todo hasta casi el final del viaje, pues me da mucha pena, desde ese día de vez en cuando me embarga una sensación de tristeza tremenda, porque la verdad es que no me quiero ir, no quiero. Yo aquí estoy siendo muy feliz, por fin estoy pisando la tierra que tanto deseaba conocer, y encima estoy teniendo un maestro de lujo, alguien enamorado de su trabajo, estoy con Juan, que también está disfrutando como no imaginaba ¡que más puedo pedir!

En fin seguimos camino, hoy tenemos la llegada al súper hotelazo Conrad, creo que jamás estaré en un hotel así, reconozco las palabras de mi amiga Silvia en las mías. Silvia hija mía, qué razón tenías, vaya hotelazo, vaya lujo, y vaya de todo. De momento llegamos sobre las 14:00 entre unas cosas y otras, y como estamos en las plantas ejecutivas, tenemos derecho a la sala lounge executive, es decir una sala en la que te van poniendo durante casi todo el día picoteo exquisito, bebidas no alcohólicas gratis, y dos horas de bebidas con alcohol gratis, por la tarde. Además tiene dos ordenadores con Internet gratuito. Pues a la llegada por fin descubrimos la habitación, bueno realmente es como un apartamento a todo lujo, es una auténtica pasada, enorme, con terraza con vistas al Nilo, estamos en el piso 23, con una cama gigante en la que te hundes en sus almohadas, mueble para la tele súper elegante, sofá y sillón, es decir zona de estar, y zona de trabajo, con una mesa enorme de escritorio y silla, además de conexión a Internet, solo que con un fallo, la wifi no es gratis, es más vale una pasta, así que decidimos que en cuanto tengamos un rato entre excursiones utilizaremos Internet en el lounge de la planta 22, y ya está.

Mientras picamos algo en la citada planta, todo gratis, os hemos puesto a los familiares un e-mail que informaros de que estamos bien, y ese día no podemos hacer demasiado más, que tenemos visita nocturna con cena incluida por El Cairo.


La visita panorámica impresionante, como dice Mohamed, fascinante, las calles son un hervidero, el autobús no puede pasar en numerosas ocasiones, y nos hacemos hueco como podemos, es alucinante, ¡que vida hay en la calle!, incluso tenemos paseo a pie por la zona más antigua de la ciudad, del siglo 10, por cierto gracias a la Unesco está restaurada, y está PRECIOSA, también podemos palpar la noche en el famoso mercado Khan El Kalili (Jan El Jalili, pronunciado más o menos correctamente). Bueno la verdad es que primero nos damos una vuelta bastante general por toda la ciudad, como bien se dice es una ciudad de contrastes, hay edificios preciosos, junto a otros casi de chabolas, grandísimos hoteles junto a zonas bastante humildes, en fin, es El Cairo

La cena es en un sitio precioso, es un restaurante dentro de unos jardines, es moderno, pero está decorado como si fuera antiguo, precioso, con vistas a la Ciudadela y la Mezquita de Alabastro iluminada, es para una vez conociendo el sitio, ir con tu pareja, y sentirte como en las mil y una noches, que sitio tan bonito.

Luego para llegar al hotel pasamos por las zonas que queremos visitar Juan y yo el jueves que estamos solos, es que tenemos un guía genial, y como le consulté por varias mezquitas, y varios sitios que visitar, pues el tío va y me los enseña desde el autobús, este Mohamed es un cacho de pan.

Mañana tenemos día grande, por todos los costados, jeje, mañana Pirámides, y más cosas que demuestras ser grandiosas.

Día 5. Abu Simbel

Bueno nos acostamos el día anterior un poco tarde, entre la visita al mercado de Aswan y cerrar maletas. A la mañana siguiente nos levantamos, desayunamos, dejamos la habitación y las maletas en recepción, y nos vamos a dar nuestro paseo en faluca.

La verdad es que este paseo lo disfruté más, porque no había ruido de motor, y porque como ya había grabado bastante vídeo el día anterior, pude disfrutarlo más. El paseo fue más corto que el día anterior, solo hasta la isla Elefantina, para rodearla y volver. Nuestro guía nos iba explicando la historia del mausoleo de Aga Khan, de la montaña donde se enterraban los nobles nubios de la isla Elefantina, etc, y fue una parte de la mañana bastante tranquilita.

Luego nos fuimos a comprobar que eran nuestras las maletas que estaban en nuestro autocar, (nosotros no movimos ni una maleta, las dejamos en la puerta de la habitación, y ya no las cogimos hasta sacarlas del autocar) y para adentro, que nos vamos hacia el aeropuerto. De camino pasamos por la vieja presa de Aswan, y luego por la Gran Presa, la que hicieron en los 60-70, que está vigilada por el ejército. Bajamos a hacer algunas fotos y ya está.

Hicimos el trayecto de Aswan-Abu Simbel en avión, desde el que pudimos tener la primera panorámica de los templos de Ramsés II y Nefertari, su esposa favorita.

Cuando llegamos al aeropuerto, solo tocamos las maletas para bajarlas de la cinta, luego las dejamos en un rincón todas juntas, y nos las llevarían al camarote del siguiente barco, el Nubian Sea.

Nosotros fuimos en autobús, nuestras maletas viajaron en lancha hasta el barco, más que nada porque tuvimos que bajar una escalera que es imposible que nadie la baje cargado de maletas, es un suicidio, te caes fijo.

Directos a comer en el barco, que por cierto nos sorprende para bien, nos traslada a otra época, la decoración me recuerda un poco al Art Noveau, muy clásico pero muy bonito. Mientras estamos en el comedor se reparten las habitaciones, después de comer vamos a nuestra habitación, el baño es más grande y la habitación un poco más pequeña que el otro barco, pero es perfecta, nos encanta. Mientras intentamos descansar un poco, llegan las maletas, así que hay que ir al hall a ponerle la etiqueta de nuestra habitación y que nos las lleven, cosa que hacen inmediatamente. Con lo canijillo que estaba el botones, es capaz de subirse las escaleras y pasar el pasillo con los dos peazo de maletas él solo, yo sufría, pero pudo perfectamente.
Después de descansar un pelín, a ver Abu Simbel en todo su esplendor, y luego nos quedamos a ver el espectáculo de luz y sonido. La verdad es que es impresionante, te sobrecoge, si se viene a Egipto hay que venir a Abu Simbel, aunque sea en la excursión de un día, pero hay que hacerlo. La fachada es enorme, falta cámara, falta vista, falta corazón, entras y todo es igual de imponente, realmente es un templo que te mete un chute de energía que no te lo crees. Luego vamos al templo de Nefertari, dedicado a la diosa Hator, diosa del amor, la música y la belleza. Debía ser realmente bella por dentro y por fuera la reina Nefertari, para ser la única en toda la historia que se mereció un templo dedicado por su marido a ella sola, alzándola al estatus de Diosa, gracias a su equiparación con la diosa Hator, ese honor solo estaba reservado a los faraones, que eran los dioses en la tierra.

Es bastante más pequeño, pero tiene un encanto especial, por decirlo de alguna manera es más femenino, más delicado, también está muy bien conservado, hasta las pinturas de las paredes, no sé, me siento súper bien dentro del templo de Nefertari, se nota que está dedicado a una gran mujer.


El espectáculo de luz y sonido es precioso, está muy bien hecho, muy bonito, la lástima es que al intentar grabarlo (previo pago de 5 euros) no puedo ver nada, y finalmente solo grabo algunas imágenes de cuando están muy bien iluminados, que es lo único que la cámara consigue enfocar, menos mal que Juan consigue hacer fotos guapas, así que llega un momento en que dejo de grabar y me dedico a disfrutarlo, al menos se me quedará en la retina.

Luego a cenar y a disfrutar de la noche de estrellas desde la cubierta, que vaya cielo que hay aquí.

Mañana tenemos día tranquilo por fin, a las 07:30 parada de media hora delante del templo para captar las últimas imágenes, mañana de navegación, a las 11:30 parada de 15 minutos para ver desde el barco Kasr Ibrim, antiguo castillo convertido más tarde en iglesia, y finalmente abandonado, y luego a la tarde visita a Amada.

Día 4. Philae – Pueblo Nubio

Hoy he cumplido otro de mis sueños dentro del gran sueño de este viaje. Yo creo que en otra vida tuve que ser egipcia, y tuve que tener algo que ver con Isis, o debí rendir culto a Isis. A mi personalmente el templo dedicado a ella, el de la isla de Philae, me ha parecido mágico.


Pues es justo en el que me he olvidado la cámara en el autocar, aaaaaaggggggghh que rabia tan grande me ha dado. En fin a cambio me he fijado en cada detalle, y he tratado de grabar en mi memoria todo lo que he visto. No es muy grande, y además está peor conservado que otros porque estuvo sumergido, desde 1902 hasta 1974 que fue trasladado a otro emplazamiento, muy cercano del original, pero ya digo que a mi me ha parecido mágico, ir en barca hasta la isla, con el vendedor jovencito de pulseras y collares de madera, que bonitos que son, pero ver de repente cómo aparece entre las islitas, estar allí, ver a Isis alada, saber que allí realmente se adoraba a Isis, que más tarde fue a la Virgen María, no sé esas columnas me han hechizado. En cualquier caso creo que ha sido solo a mi, creo que los demás han visto ese templo como uno más, pero como la que escribe soy yo, pues cuento lo que siento.


Después hemos visto el obelisco inacabado, y luego la visita a la fábrica de perfumes, que maravilla de sitio, hemos venido perfumados, y a mi me han dado un masaje con esencia de sándalo. Todos hemos hecho nuestras compras, y al autobús otra vez.

Luego al barco, hemos estado con Mohamed, que por una parte había que pagarle la excursión y las pulseras y demás cositas de plata que nos hemos comprado, y por otra parte nos hemos quedado charlando de cosas varias, es encantador. Además ya sé dónde encontrar cositas que busco y que encontraré en El Cairo, ya tengo una idea.


Esta tarde vamos a la excursión del pueblo nubio, baño en el Nilo, tatuaje de henna, paseo en camello, conocer cómo vive el pueblo nubio, en sus aldeas, etc. Creo que será muy bonito. Y esta noche tenemos espectáculo de danza del vientre, y después visita al mercado de Assuán, esto es por libre, pero ya nos ha indicado dónde está y dónde encontrar por ejemplo especies, que quiero traerme unas cuantas. Así que luego sigo contando…..


Pues la excursión del pueblo nubio la verdad es que fue muy bonita. Fuimos en lancha por varios recovecos del río, observando la naturaleza, las garzas al vuelo, la verdad todo el camino precioso. Hubo un momento en el que estuvimos a motor parado un rato, simplemente escuchando los pájaros y el sonido del agua, espectacular.

Luego atracamos en una playa, en la que había vendedores, como siempre, y unos cuantos nos bañamos en el Nilo, hacía un calor tremendo, y el agua fresquita del río vino estupenda para refrescarse, además fue mágico, estábamos bañándonos en el Nilo!!!!. Anécdota del día: cuando nos estábamos bañando un vendedor se le acerca a Juan y le dice, “tu hombre con suerte, tu buena mujer, 500 camellos”, jajajaja estaba ofreciendo 500 camellos por mí, y como no le convencía ofreció 1000 camellos, cuando se lo conté al guía se reía, y decía “tú vales muchos más que eso”, jajaja luego la anécdota sigue, un poco más abajo.


Después nos vestimos, andamos un poco por la arena, muy fina por cierto, era estupendo sentirla en los pies (cuando estábamos bañándonos) y de repente aparece ante nosotros toda una flota de . . . . camellos, madre mía cuántos había. Juan, nuestro guía, nubio por los cuatro costados, y muy simpático, ya había pactado los que queríamos, en total seríamos 7, que el resto de la excursión continuaban en lancha, así que nos montamos en el camello hacia su pueblo. Lo más impresionante de subir en camello, fue cuando el camello se levantaba, que tienes que ir muy bien agarrada, te montas en la parte delantera de la silla y te agarras bien con las dos manos al pivote delantero, luego en cuanto te adaptas al ritmo del camello, puedes incluso poner las piernas cruzadas delante, como hacen ellos, y mantener la espalda recta, y así hasta te parece corto el paseo.







Fuimos a la que se supone que es su casa, lo que pasa es que me pareció que estaba todo muy montado para la excursión, yo no niego que su casa sea esa, pero es que no me parece normal, por ejemplo, que en el patio tenga unos cuantos cocodrilos en una jaula, igual es su costumbre, pero me extraña.


Pues llegamos a su casa, bailamos y cantamos con su familia, nos ofrecieron té con menta, nos enseñaron los cocodrilos, nos dejaron tocarlos, la tripa cuando se la tocas parece de plástico, está fresquita y lisa, y el lomo un poco más rugoso y duro. Fotos de rigor, con la boca abierta del cocodrilo (Dios Sobek en la cultura egipcia), y entonces empiezas a elegir el tatuaje de henna que si quieres pueden hacerte gratuitamente (está incluido en la excursión). Juan eligió la llave de la vida, y yo el ojo de Horus.


Mientras te va enseñando las distintas estancias de la casa, según sea verano o invierno utilizan unas habitaciones u otras, con cama normal, o con cama de adobe, y con el techo a distinta altura. También tenían una sala de verano, con una pintura en la pared muy bonita.


Cuando todos acabamos el tatuaje y el té, nos dimos una vuelta por el pueblo, conociendo un poco con las explicaciones de Juan (el guía) cómo hacían las casas, cono se estaban haciendo ahora, y que gracias al turismo están consiguiendo que no se pierdan algunas de sus costumbres, por ejemplo el tejer, como se hacía antes, con el telar de madera, nos enseñaron cómo lo hacen, y en esa misma tienda una compañera de viaje y yo nos compramos un fulard de algodón muy bonito, al cambio nos salió a unos 5 euros aprox., 40 libras egipcias, teniendo en cuenta que nos pedía 120 libras por cada uno, sacarlo por 40 no está mal, me parece a mi, para ser mi segunda experiencia de regateo…..


Continuamos dando vueltas por el pueblo, fuimos a ver el único árbol de henna que les queda, no veas como huele de bien a su alrededor. Él nos iba explicando cosas de su cultura y su pueblo.


Y ya nos vamos de vuelta a nuestra lancha para volver al barco, el camino de vuelta fue más corto que el de ida, y pudimos ver la otra parte de la isla Elefantina, y la razón de llamarse así, unas rocas enormes, que parecen elefantes por detrás.


Nos vamos al barco, y a ducharse rápidamente que llegamos un poco tarde y la cena era a las 20:00, menos mal que lo del espectáculo de danza del vientre era a las 22:00 y había tiempo de sobra de cenar, aunque llegaras tarde al comedor. El espectáculo primero fue con un derviche, espectacular, espero que salga bien el video que hice debajo de la falda del bailarín, es una pasada, parecen una peonza. Luego vino la bailarina de danza del vientre, fue muy bonito, y me gustó ver con mis propios ojos a un bailarina profesional, que hasta ahora solo había visto a mi profesor.


Y después a dar una vuelta por el mercado de Aswan, que queríamos comprar especies. Allí pudimos ver por primera vez el ambiente de la gente de la calle, los cafés en que los hombres (mujeres nunca) se toman su café o té y su sheesha, farmacias, y por supuesto todo tipo de puestos de especies, de ropa, zapatos, artículos de recuerdos, etc.


Queríamos comprar especies, y karkadé, la flor del hibisco que la hacen en infusión y está muy buena, similar a cuando se compra malva en bolsitas de té, pero un poco menos ácida. El caso es que estuve regateando y finalmente sacamos el karkadé por un buen precio, pero claro yo regateo teniendo información, hablo primero con mi guía, y luego con esa base regateo, para no pagar de más, seguro que de menos no pagas, porque sino no te lo venderían. El caso es que me pongo muy dura, y el vendedor me decía “porque tienes unos ojos muy bonitos para ti tanto precio” y yo que no, que no te pago más de tanto, en fin que si que no, que al final se lo saqué casi por lo que yo quería, pero la verdad es que me varió 3 libras, que es poco menos de 50 cts de euro, así que bien.


Continuación de la anécdota: Al acabar me dice que soy muy dura, y que valgo mucho, y le ofrece a Juan 1.000.000de camellos, jajajajaja yo le decía que le iba a costar muy caro mantener tanto camello, jajaja yo es que me parto, porque se que lo hacen para atraer tu atención, que es una broma de hecho ellos también se parten la caja, jajaja, luego llamó a un vendedor de la tienda de enfrente y me ofrece todo lo que tiene, chilabas, fulards, camisetas, etc, le digo que no, y me acaba diciendo que por un beso me da toda la tienda, jajaja, evidentemente le digo que ni de coña, me dice el primer vendedor que si tengo 20 o 21 años, le digo que sí y el tío se parte, jajaja la verdad es que lo de regatear es un poco cansado, pero al final te ríes con ellos.


De vuelta al barco que mañana tenemos meneo. Paseo en faluca, traslado a Abu Simbel en avión, y luego visita estrella del viaje, los templos dedicados a Ramses II y a Nefertari.

Día 3. Edfu - Kom Ombo.


Esta mañana hemos ido al templo de Edfu. Hemos salido a las 07:30, así que dentro del madrugón, no ha sido tan grave. Edfu como población no es gran cosa, además se ve bastante pobre, pero el templo es una pasada.



Mohamed nuestro guía, nos ha contado su historia, y la historia de la época. Se construyó en la era grecorromana, nos ha contado el culebrón de Cleopatra, que sería muy culta, y muy inteligente, pero puntería no tenía la mujer.


En fin que el templo es muy guapo, aunque es una pena que los techos estén ennegrecidos. Hemos intentado ver el santuario, pero era imposible, hoy sí que nos hemos encontrado con una verdadera marabunta de turistas, ha habido veces que era realmente agobiante. Pero es que hoy no podíamos hacer otra cosa, solo teníamos esta visita por la mañana. Por ejemplo ayer el valle de los reyes lo dejamos para el final, para poder estar más solos, dentro de lo posible, y de hecho no tuvimos que esperar demasiado en las tumbas.


Ya estamos arrasando con las compras. Ayer ya nos compramos el turbante y las chilabas, como ya expliqué yo me la compré en el juego del mercado ambulante de Esna, y Juan en la tienda del barco. Después cuando fuimos a pagar su chilaba, entramos en la joyería del barco, y preguntando, preguntando, al final ya me hecho mi regalito de mi cumple, es precioso, al menos a mi me encanta.


Pues como teníamos bastante tiempo durante la mañana, porque hemos acabado la excursión a las 09:30, unos 15 minutos después estábamos en el barco de nuevo, Mohamed nos ha enseñado unas muestras de joyería en plata, a veces mezclada con madera de ébano, o con marfil, y hemos vuelto a arrasar, es que es todo tan bonito, aquí no hay que regatear, y sobre todo ves una buena relación calidad/precio, cosa que no puedes valorar bien en los mercados.


Resulta que me ha costado decidirme, y después de todo he tardado más que nadie, pero le he ayudado a vender algunas piezas, no por nada, sino porque me sabía los precios que decía, y si él estaba ocupado los decía yo, y he aconsejado a algunas chicas, y sobre todo a un chico al final, que se ha llevado una pulsera más, jejeje y no es que a mi me importara, pero es que me daba pena que no se la llevara, se la miraba, y no se decidía, es lo que le he dicho, ¿cuándo vas a venir otra vez? Es que es algo que he aprendido en otros viajes, si te gusta algo y estás convencido de una buena relación calidad/precio, y además es algo que sabes que te vas a poner, no lo pienses, si no te lo llevas te arrepentirás. Al final tengo que confesar que me lo he pasado de cine, jejeje.


Como continuación hemos estado tomando una cerveza con varios de los del grupo mientras disfrutábamos de la rivera del Nilo, bufff esto es el paraíso. Siempre lo he dicho que si pudiera elegir época viviría en el Egipto faraónico, eso sí, siendo noble como mínimo, jejeje que una no es tonta.


Bueno pues por la tarde visitamos el templo de Kom Ombo, está bastante deteriorado, pero pudimos ver un nilómetro, similar a un pozo pero con una escalera hasta cierta altura, para que los sacerdotes midieran el nivel de la crecida del agua, y por tanto la subida de impuestos, ya que más crecida significaba más cosecha.


También pudimos ver la famosa pared donde está representado Imhotep, con los utensilios para operar, posturas de mujeres dando a luz, etc vimos una pared donde había un calendario y un listado de las fiestas, listos estos egipcios sí señor. También había un oráculo, y el sistema que utilizaban los sacerdotes para que el oráculo “hablara”. Unas columnas que aún conservaban bastante pintura, en fin la verdad es que lo único que resultó peor fue que la excursión fue a las 16:00 y aquello era un horno, bueno y la calle de las tiendas fue realmente agobiante. Mira que tengo cuidado, pero consiguieron acorralarme, tuve que gritar socorro para que el resto del grupo vinieran a rescatarme, y no soy de las que me paro, pero esquivando a unos y otros de repente me vi con una pared de vendedores frente a mi.


Eso sí encontramos en medio de tanto vendedor un espacio para la tranquilidad, el hueco que hacían dos policías de turismo, allí no entraba nadie, te llamaban desde lejos, pero allí no entraban.


Hablando de llamar, te llaman por nombres que saben que son habituales, te dicen Carmen, Antonio, María, y si eso no resulta, te llaman como nuestros famosos, Antonio Banderas, Pantoja, a mi me han llegado a llamar Shakira, mira, me hizo gracia, jajaja aún así no paré.


Luego disfrutamos de la puesta de sol dándonos un bañito en la piscina, después de degustar el té de la tarde.


Y vino la noche, y la fiesta de disfraces, la verdad es que las parejas con las que tenemos más trato, que ahora ya son tres, y nosotros, íbamos bastante vestidos para la ocasión, todos con chilabas, los chicos con turbantes varios, nosotras algunas con pañuelo de moneditas en la cabeza, otras con unos gorros como de rejilla con hilos cubiertos de cuentas de brillo haciendo el efecto del pelo, entre comillas como si fuera una peluca, para que os hagáis una idea.



Cenamos ya vestidos, antes y durante la cena los mismos camareros sacaron unos timbales y pandereta grande, y con las palmas y sus voces a cantar, y bailar, ¡que marcha que tienen los tíos! Y que bien sonaba.


Después de la cena todo el mundo a la discoteca, y allí revivimos músicas del pasado, auténticos clásicos, por ejemplo, la lambada, la macarena, los gorilas de Melody, follow the lider, la bomba de King Africa, en fin exitazos del verano, pero claro de otros veranos, jejeje es igual el caso era bailar, que aquí somos guiris y hay que ejercer.